INFORMATIVOS CUATRO Y CNN+ ANDALUCÍA-Día 24 como becaria

Unidades móviles en la refinería

La redacción amaneció tranquila. Juan (jefe y redactor) y Ana (cámara) se fueron ayer para Marbella para cubrir la llegada de Michelle Obama y su hija, por lo que hoy pasaban el día en Málaga. El resto, Estefanía (producción), Juana (mi compi de becariado)  José Ángel (el cámara sustituto de Alberto durante sus vacaciones) y yo, aguardábamos en la redacción a que saltara algún tema. Acabó el informativo matinal y nada. Bajamos a comprar los periódicos y nada. Juana y yo fuimos a desayunar y nada. Estefanía fue al banco y nada. Acabó el informativo del mediodía y nada. Deducción: nos vamos a casa a comer. Y entonces es cuando a Murphy le da por trabajar.

13.45. Suena el teléfono. Es Juan. A partir de esta hora, nada sucedería bajo lo previsto. Una refinería de Huelva ha salido ardiendo y nos tenemos que ir. Eso era todo lo que sabíamos. Adiós al amigo de Juana con el que había quedado para comer. Adiós a los filetes descongelados de José Ángel y un aún más doloroso adiós a la tortilla de patatas de la que Estefanía llevaba hablando desde las 12 de la mañana.

Por el contrario… Hola cámara y trípode. Hola sandwiches comprados en una gasolinera (con oferta incluida). Hola micro. Y hola a mi primer falso directo para CNN+. No pude más que redactarlo con los datos que habíamos oído en la radio camino de La Rábida, lugar del accidente, y aprendérmelo de aquella manera por el camino. Varios intentos que seguramente alimenten la cinta de «tomas falsas» de Alberto y a la tercera… fue la vencida, aunque aún me queda mucho por aprender…será cuestión de práctica.

Una vez llegados al polígono industrial, lo peor había pasado, por lo que tuvimos que recurrir al trabajo de campo. No faltaba trabajo para nadie. Yo con José Ángel a grabar totales y recursos. Estefanía a coordiar nuestro trabajo con las órdenes de Madrid y Juana a llamar a las agencias para ampliar la información. Un gran trabajo de equipo al que se sumó algo más tarde José Luis Serrano, redactor de Cádiz que, en principio, vino para ayudarnos con una falta de material para producir y que acabó haciendo un falso para el matinal del día siguiente, otro para CNN+ y un directo para el informativo de la noche de Cuatro. Motivo por el cual mi primer día de verdadero periodismo televisivo acabó de noche.

Cuando volvíamos en el coche, los rayos de un tardío atardecer penetraban por las ventanillas y poco a poco, la zona de la refinierá iba volviendo a la calma. A su calma. Las unidades móviles de todos los medios empezaban a recoger el despliegue de cables y focos que habían hecho. Los coches de cada televisión (tele cinco, la sexta, tve y antena 3) tomaban rumbo a Sevilla y nosotros, entre ellos. El cansancio se hacía notar pero yo no era capaz de quitar la vista del rojizo sol, que era el plano perfecto para tapar la voz en off de mis pensamientos. No podía quitarme de la cabeza la voz entrecortada de los compañeros de los fallecidos, el olor a quemado, el cielo grisáceo, el coche de bomberos, las ambulancias. Y pensaba en lo contradictorio que es que lo que para mí había sido uno de los días más informativamente emocionante por todo lo que había podido ver y hacer (cómo trabajan otros medios, cómo se prepara un directo, mi primer falso, la rapidez con la que hay que actuar, la cautela que hay que tener…) había sido a costa de un incendio, dos fallecidos y familias destrozadas. Ni en las prácticas del año pasado ni en lo que llevo de éstas me había encontrado con una situación así. Se trata de aspectos que forman parte del trabajo del Periodista y para los que no te prepara ninguna facultad, a excepción de la facultad de la experiencia. Y yo en ésta, para lo bueno y para lo malo, acabo de matricularme.